La rehabilitación oral implica el uso de técnicas y procedimientos que permiten recuperar o mejorar la estructura y función de los dientes, las encías, los huesos maxilares y la articulación temporomandibular. Esto puede incluir tratamientos como la colocación de implantes dentales, la ortodoncia, las carillas dentales, las prótesis dentales y la reconstrucción de la estructura dental y maxilar.
Los pacientes que pueden empeorar de la rehabilitación oral incluyen aquellos con pérdida de dientes, problemas de oclusión, problemas de la articulación temporomandibular, enfermedades periodontales, traumas dentales y deformidades congénitas o adquiridas. La rehabilitación oral puede mejorar significativamente la función, la estética y la calidad de vida de estos pacientes.